Estamos en plena época de bodas, bautizos y comuniones.
Mi familia y mis amigas, parece que se han puesto de acuerdo y quieren que amortice los modelitos que tengo para estos faustos acontecimientos y no paro, voy de boda en boda y tiro porque me toca.
Siempre eres la rara de la mesa, le tienes que contar a todos lo que te pasa, para que no piensen que eres una anoréxica, cosa que me pone de muy mal humor; y encima te toca comer a destiempo, porque por mucho que los novios hayan avisado de que hay un celiaco en la mesa, siempre ocurre lo mismo; te identificas a todos los camareros que eres celiaco, para que te tengan localizado y que sepan que tienes un menú aparte; pero ellos se empeñan que tienes que comer como todos y te ponen el plato que toque; entonces te toca volver a contarlo, van a la cocina y a la media hora te traen tu plato de lo que sea a la plancha, sin salsa y con verduritas. (Mas poco apetecible…)
Cuando te lo traen, como ya ha pasado media hora, lógicamente los demás ya han acabo de comer su plato y te toca comer sola.
Normalmente, estas con un hambre que devoras, y te comerías hasta un vaca, porque llevas más de una hora (si contamos el coctel) viendo como la gente se hincha a comer y tu nos has probado bocado.
No sé vosotros, pero yo es el momento que más odio de las bodas, llegas al cóctel después de la ceremonia con un hueco en el estomago tremendo y no hay absolutamente nada que puedas comer, son todo canapés, salmorejo, fritos,… Hasta la socorrida tortilla de patata la sirven con pan, para fastidiar.
Yo busco desesperada al hombre que corta jamón, y me pego a él, ¡¡¡es mi salvación!!! para que no piense que soy una gorrona, le explico que es lo único que puedo comer; a algunos consigues darles pena y te dan un platito de jamón, que luego evidentemente comparto con el resto, a si que no como prácticamente nada.
Eso si luego cuando llegas a la mesa, te toca oír comentarios estilo “Que lleno estoy del coctel, y ahora la comida….” y tú con un hambre que no puedes más. ¡que poco considerada es la gente!
Yo directamente suprimiría el coctel, se me hace interminable, ver durante una hora como come todo el mundo.
Pero bueno, es lo que hay, así que volviendo a la realidad, seguimos sacándole punta al banquete, que se las trae…
Esta el momento, “novios”, todos vienen agobiados a preguntarte, qué tal el menú sin gluten, y evidentemente les tienes que mentir, y decirles que fenomenal, para que no se preocupen y disfruten de su boda. Aunque la realidad es que estas pensando que con el dineral que les cuesta que menuda mierda de menú sin gluten, (ensalada y carne a la plancha) pero bueno yo soy muy diplomática y casi no se me nota lo que estoy pensando... Menos en la última boda a la que he ido que se me noto demasiado, pero me pillo en un mal día, y me tocaron las narices, cosa que no es lo habitual en mí.
Pero es que se empeñaron en que la ensalada que tenía una salsa, la podía comer, me la pusieron sin piñones, porque eso si que decían que no lo podía, pero ¿¿¿¿la salsa si????
Les dije que no me fiaba, que casi todas las salsas para espesar llevan harina y que prefería no comerlo, como alternativa, algo cabreados, me trajeron un plato de jamón, ¡¡¡adobado!!! preferí no discutir más y repartí el jamón entre el resto de comensales, para que no pensasen que era una “tocapelotas”, que en cierto mono si lo soy, pero que me pongan como opción un jamón adobado… Y encima la Jefa de Cocina, cuando acabó la boda, me dijo que estaban especializados en menús sin gluten, prefiero no hacer comentarios al respecto por si los novios se dan por aludidos… Pero tiene tela el comentario.
Solo he ido a una boda en las que he tenido postre sin gluten, cuando hablo de postre me refiero a una tartita, ¡disfrute muchísimo! Pregunte si podía repetir, pero lógicamente lo tenían contando para los dos celiacos que estábamos y no pude pegarme el gustazo.
Pero al margen de todas estas anécdotas, que estoy seguro que a más de uno le han pasado, tengo que reconocer que los menús sin gluten, en las bodas han mejorado mucho, casi todos los catering de bodas saben lo que es un celiaco, suelen tener pan sin gluten (ver fotografía) y la verdad es que da mucho gusto. Aunque te toque comer pescado o carne a la plancha, pero bueno eso te asegura que comes con tranquilidad, y con poco riesgo de equivocación por parte de la cocina.
Ya seria de nota, que se leyesen las instrucciones y viesen que hay que meterlo al horno, en todas las bodas me da el pan crudo, pero bueno no se puede pedir peras al olmo...
Ya seria de nota, que se leyesen las instrucciones y viesen que hay que meterlo al horno, en todas las bodas me da el pan crudo, pero bueno no se puede pedir peras al olmo...
No sé si os parecerá algo exagerado mi visión de las bodas, pero es como yo personalmente lo vivo, una odisea para al final acabar comiendo el menú estándar del celiaco que come fuera de casa: jamón serrano, ensalada, carne a la plancha y frutita del tiempo. ¡una pasada si tenemos en cuenta lo que cuesta un menú de una boda!