Que os voy a contar de la experiencia de poder ir por primera vez a un chino en toda
mi vida, pues que fue genial.
Como os imaginareis tenia muchiiisimas ganas de ir, porque
llevaba años oyendo maravillas de este establecimiento y en Madrid no tenemos
por el momento ningún Chino apto para celiacos. (LLAMAMIENTO URGENTE A LOS CHINOS DE MADRID).
Al llegar me sorprendió, porque no es el típico chino con farolillos rojos, dragones y que huele a grasaza que atufa.. Este es un sitio con clase, elegante, con una
decoración muy cuidada y los platos pues están muy lejos de ese prototipo
de chino grasiento. Aquí da gusto, nada más entrar ves la cocina acristalada perfectamente impoluta y ordenada, y eso cuando
tienes una intolerancia lo agradeces y mucho, porque da confianza.
Nuestra mesa no era fácil, y no sólo por mí, que soy celiaca e intolerante a la lactosa, fui con mi amiga Anita, intolerante al maíz; así que imaginaros el cuadro de mesa, es todo un reto encontrar algo apto para las dos que podamos compartir, normalmente en cualquier restaurante es un mundo, pero aquí fue facilísimo, porque casi todo se trabaja con arroz. La camarera que nos atendió demostró un conocimiento absoluto de los ingredientes de cada plato y de cómo lo preparaban, la verdad es que da mucha tranquilidad. Porque es importante que sepan lo que hacen, no sólo en cocina, también en sala.
Nos comentó que aprovechan
el martes que cierran para elaborar toda la pasta sin gluten, así evitan la
contaminación. Como me gusta oír estas cosas, demuestra que son cuidadosos con la manipulación.
Para identificarme me pusieron un posit rosa en la mesa, así
todos los camareros al acercarse a la mesa, en seguida me identificaban y no
tenía que estar diciendo en cada plato quien era la celiaca, que al final de la cena sino acabas hasta con complejo de rara.
No obstante, pedimos todos los platos sin gluten para poder compartir, y probé por primera vez el arroz frito con pollo al curry, fideos de arroz tres delicias, los mochis, raviolis de arroz cinco delicias, raviolis de lomo y cebollino chino, wok de huevo con tomate al estilo Shangai y solomillo de cerdo ibérico frito con salsa agridulce.
Platos que nunca
había comido, ni que pensé que podría llegar a comer fuera de casa. ¡¡Disfruté como una enana!! Yo y mi amiga
Ana, que estaba emocionada de poder compartir conmigo cada plato, cosa poco
habitual cuando salimos a comer juntas.
Yo es de lo que más echo en falta desde que me mudé. Era visita obligada cada 2 meses cuando vivía por allí. Me alegra que te guste y que sigan manteniendo el nivel.
ResponderEliminarSaludos!
no me extraña que fueses cada dos meses, esperemos que abran uno en cada ciudad y podamos disfrutarlo todos
EliminarSaludos