Cada vez me sorprendo mas, y para mejor!

Aprovechando los últimos días de buen tiempo quedamos para comer con unos amigos que vemos de pascuas a ramos, normalmente como somos muchos y es bastante jaleo cocinar para tantos, hacemos una barbacoa; pero por el bien del colesterol de muchos, decidimos esta vez comer algo más ligero y nos decantamos por unos pollos asados acompañados de una ensaladita.

Fuimos a una tienda de comidas preparadas de Guadalajara que conocían nuestros amigos, y como siempre antes de comprar hice un interrogatorio en la tienda para asegurarme que el pollo solo llevaba pollo y como mucho limón.

No le mencione en ningún momento que era celiaca, porque ya estoy cansada de decirlo y que me miren como si fuese un marciano; pero cuál fue mi sorpresa que él dependiente me lo preguntó directamente, parecía un milagro escuchar que alguien sabe lo que es ser celiaco.

Me aseguró que podía comerlos con absoluta tranquilidad, me comento que la paella también la hacían sin gluten, y que las patatas fritas no podía comerlas porque las freían en el mismo aceite que las croquetas, y demás fritos. Este comentario me demostró que sabía de lo que hablaba y me dio mucha alegría.

Me recomendó las patatas a lo pobre que las hacían con aceite limpio, y al igual que el pollo asado estaba realmente rico. Con la paella ya no me atreví.

La verdad es que me alegre mucho, desgraciadamente no estoy habituada a encontrarme con profesionales de la hostelería que sepan lo que es un celiaco, por lo que me sorprendió; pero se ve que cada vez somos más y es algo más habitual.

Ante mi cara de sorpresa me comentó que tenían muchos clientes celiacos, de ahí que tuviese tanto conocimiento sobre los cuidados de la contaminación cruzada y que incluso estaban pensando en traer pan sin gluten.

¡Todo un descubrimiento!

Así que ya sabéis si vais por Guadalajara tenéis un sitio de comidas preparadas muy recomendable.