Como en todos los Paradores pudimos comer tranquilos sin preocuparnos del gluten, gracias al menú especial para celiacos que ofrecen, asesorado por FACE.
El principal inconveniente de alojarse o en este caso comer en cualquier Parador es el precio, ya que personalmente me parece caro, en concreto el menú apto para celiacos cuesta 33 €, pero teniendo en cuenta el precio de un único plato, que varía entre los 19 € / 20 € dependiendo de lo que elijas; la opción del menú sale hasta rentable. (Ver fotografía de la carta).
Pero es cierto que cuando decides comer en un Parador, al margen del menú sin gluten, lo que realmente pagas es el entrañable entorno en el que se ubican y la fantástica presentación de cada plato. El poder tener pan sin gluten (Marca Betina) y el que el personal que te atiende estén formados por FACE pasa a ser secundario; aunque es una gozada
comer tranquilo, y sin necesidad de decirles nada sean conscientes de la importancia de evitar cualquier tipo de contaminación cruzada, conocen nuestra enfermedad y saben que tienen que prepararlo en una plancha limpia, no reutilizar aceites, ni utensilios de cocina,… y esta tranquilidad tiene un precio. Por lo que lo
s 33 € dejan de parecerte excesivos.
La verdad es que el menú no es muy elaborado, de primero puedes elegir entre una ensalada, verduras a la plancha o huevos rotos. De segundo: carne a la plancha o pescado al vapor. Estos platos por norma general son nuestras únicas opciones en cualquier restaurante, sin necesidad de ir a un restaurante asesorado por FACE; por lo que de primeras no parece nada de excepcional que ofrezcan menú sin gluten.
Pero es cierto que la presentación es extraordinaria. Las verduras a la plancha que me pedí, me las sirvieron como si fuesen unas tostas en pan sin gluten, ¡riquísimas!, me dio vergüenza en un sitio tan fino comer con las manos, pero es que era inviable comer algo que lleva pan con tenedor y chuchillo.
La carne a la plancha, me lo presentaron acompañado de una ensalada y la carne estaba recubierta de queso fundido; en ambos casos fue una presentación que en ningún otro sitio te hacen. Así que aunque sean platos sencillos, merece la pena pegarse ese lujo de vez en cuando.
En cuanto al postre, las opciones sin gluten eran pocas, y no muy apetecibles, me pedí un helado artesanal, algo que puedo comer en mil sitios, pero como se ve en la fotografía me lo sirvieron con dos galletitas sin gluten sustituyendo al tradicional barquillo glutinico, lo que me encanto.
Otro detalle que me sorprendió, fue que para empezar en cuanto dije que era celiaca me trajeron un aperitivo especial para mí, algo sin mucha complicación: quesito, pero al margen de ser algo fácil y socorrido, lo agradecí mucho, porque estoy habituada a que el aperitivo viene con pan y nunca puedo comerlo.
Por último, no me puedo ir sin hacer una crítica constructiva a los Paradores en general, “son demasiado tranquilos”, entramos a las 14:30 h a comer y salimos a las 17:00 h, esto nos ha ocurrido siempre que hemos ido y en diferentes Paradores, por lo que nos hace pensar que el espíritu parsimonioso es común a todos ellos, no sé si es que van al ritmo de la relajante música que se oye de fondo, pero desde luego no es para ir con prisas, porque tardan muchísimo entre que te atienden, te sirven y te cobran,… Ellos son conscientes porque nos pidieron mil disculpas por la tardanza en varias ocasiones, pero esperar nos tocó esperar, aunque la riquísima comida lo compensó.
Nos gustaría saber vuestra opinión sobre los Paradores en general ¿Os parece excesivamente caro el menú para celiacos para lo básicos platos que ofrecen? ¿Habéis tenido algún problema en algún Parador?... esperamos vuestras impresiones y experiencias sin gluten y por supuesto podéis comentarlo en www.celiaquitos.com
Ups, normal que no me enterase de tus entradas, es que no era seguidora de tu blog. En fin, subsanado ya.
ResponderEliminarNo he ido aún a ningún Parador a comer pero lo que dices, al precio del plato suelto merece la pena ir de menú cerrado. Me ha sorprendido gratamente que el nombre sencillo de los platos luego supone una mejor y mayor presentación. Eso se agradece. Elegiste cositas ricas :)
Así que, por lo que veo, puede merecer la pena para un día en que nos tomemos con tranquilidad (mucha) la comida ;)
Por cierto, el Parador de Hondarribia, por ejemplo, no tiene restaurante!
Las última vez que estuve en un parador fue en Almagro, y por aquel entonces no estaba diagnósticado... así que disfrute de la comida, de la cena y sobre todo, sobre todo del desayuno buffet. Aún recuerdo aquellos bizcohos caseros y la barrita de pan con tomate.. Pero no hay de qué preocuparse, la próxima visita será como celiaco y sé que tendré tranquilidad y platos ricos. Eso es suficiente.
ResponderEliminarMimita bienvenida al blog!! desde luego que merece la pena pegarse el capricho de comer en un Parador de vez en cuando, estaba todo delicioso
ResponderEliminarCeliaco a los Treinta: no quiero desilusionarte pero el desayuno de celiacos en un parador no es nada del otro mundo, incluso me paso en el parador de Alarcono y en el de Segovia que casualmente no había nada para celiacos, me tuve que conformar con unos huevos fritos, fruta y yogurt. Cosas que podemos comer en cualquier bufet sin necesidad de tener acuerdo con FACE.