He tardado en escribir este post, porque me cuesta dar una opinión
poco favorable de un Restaurante que se preocupa por nosotros, sobre todo
cuando creo que nuestra experiencia, no tan positiva como la de otros celiacos,
se debe principalmente a que no tuvimos suerte el día que fuimos, posiblemente
otro día nuestra sensación hubiese sido muy diferente y hoy no escribiría esto.
Pero sea circunstancial o no, creo que debo contarlo, porque
compartiéndolo se puede llegar a mejorar y evitar de nuevo una situación así.
Fuimos hace más de un mes a la Taberna de Alfonso, habíamos oído hablar bien de este
establecimiento a más de un celiaco, así que fuimos con muchas ganas de poder tomarnos unas tostas o unas croquetas sin gluten
por el centro de Madrid.
Nada más llegar en los carteles que hay en las paredes
indicando las opciones que hay para comer, (ver fotografía) se veía claramente el logo de la espiga indicando que había
opciones para los celiacos, así de primeras, la noche prometía.
Al atendernos el camarero, le indicamos que éramos celiacos
para que nos dijese que había sin gluten, su respuesta “pedir, y ya os digo que hay y que no..” ya nos dejo deducir que no
habíamos dado con el experto en celiacos, pero bueno eso es lo de menos.
Muy atento, con la bebida nos puso una tapilla con gluten,
que él no celiaco agradeció mucho, al rato se dio cuenta que yo era celiaca y
busco pan sin gluten para ofrecerme algo a mí también, cosa que también
agradecí pero que tampoco era imprescindible, me conformaba con poder cenar por
un día unas croquetas sin gluten fuera de casa. Pero no tuve suerte, no quedaba
pan sin gluten, no pasa nada, porque son cosas que ocurren.
Os cuento esta anécdota de la tapa simplemente para que
entendáis como me di cuenta de lo que vino a continuación, porque la verdad es
que me ponga o no tapa no me quita el sueño.
Nos pedimos para empezar unos huevos rotos con jamón para
compartir, como estábamos sentados al lado de la barra vimos como cortaba el
jamón: justo la tabla donde previamente había cortado el pan con gluten, estaba
debajo del jamonero, el camarero quito la tapa de grasa que se suele poner al
jamón para que no se seque y la apoyo en la tabla llena de migas glutinicas,
corto el jamón y como es lógico al acabar volvió a poner la tapa llena de migas
en el jamón. Ya me puse en modo psicótico, y me pareció hasta que estaba usando
el mismo cuchillo para cortar el jamón que había usado para cortar el pan, pero
esto si que reconozco, que fui yo la que me puse en modo ”no me fio” porque no
lo vi con seguridad.
Mi cara de asombro al ver la tapa de jamón encima de las
migas, creo que fue un poema, así que cambie rápidamente el chip y no me pedí
nada para comer, las croquetas que tanta ilusión me hacían preferí dejarlas para otro
que quiera arriesgarse, yo desde luego no me pido nada en un restaurante
que se supone que conoce los cuidados que hay que tener con el gluten en la
comida, y que me demuestran que no lo aplican, cuando veo que ponen tan poco
cuidado, este gesto ya me dice mucho de la poca concienciación sobre el tema.
Sé que es un pequeño detalle, con poca importancia, que es
muy habitual que nos ocurra en cualquier restaurante, pero aquí no hablo de
cualquier restaurante, hablo de un establecimiento que te pone el logo de sin
gluten por todos los lados y que se supone que tienen un familiar celiaco y
conocen la contaminación cruzada y demás cuidados que hay que tener.
Sobreentiendo que no tienes que estar explicando que las superficies de trabajo
tienen que estar limpias, que no se usen los mismos utensilios de cocina,…
Quizás es mucho suponer…
Es triste, pero con
que solo un camarero no ponga cuidado, echa
para tras todo el proyecto de ofrecer comida sin gluten para los celiacos,
a mi por lo menos no me retrasmitió ninguna confianza y no puedo considerarlo
un restaurante para celiacos. Es una taberna más en la que puedes pedirte algo
a la plancha, una ensalada,.. vamos las cosas típicas.
Si hubiésemos coincidido con Alfonso y no con su hermano,
como nos han dicho algún celiaco con el que lo hemos comentado, posiblemente
nuestra opinión hubiese sido diferente. Pero lamentablemente, lo que vimos no
nos dio seguridad, y aquí no puedo decir otra cosa, más que me comí lo que hubiese pedido en cualquier
otro restaurante que no saben lo que es un celiaco, algo que por naturaleza no lleva gluten para no
arriesgar nada.
Sinceramente es una lástima.